El mensaje de Oseas no puede ser más actual. No ha cambiado tanto el mundo desde sus tiempos hasta nuestros días. Cuando no hay conocimiento de Dios, que lleva a la obediencia a sus preceptos, indefectiblemente nos encontramos con las mismas realidades: no hay verdad, no hay justicia, no hay misericordia. En su lugar se suceden y multiplican los perjurios, las mentiras, las violencias, las muertes. Conocer a Dios con nuestra mente, reconocer su soberanía, relacionarse personalmente con Él en una
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